martes, 26 de mayo de 2015
Sobre lo efímero y falso (Valente y Lloréns)
"Las conexiones con lo ajeno son, por supuesto, necesarias, pero sólo tendrán significación real si encuentran fundamento en un a previa y profunda recuperación de lo propio. No es posible ponerse a la hora de relojes foráneos desde posiciones a veces flagrantemente regresivas respecto a la tradición propia y con frecuencia próxima, que no ha de confundirse con la pétrea o córnea visión tradicionalista de esa misma tradición. Sin un terreno donde lo importado pueda sedimentarse y ser asimilado en profundidad, toda supuesta innovación será artículo colgadizo y efímero para ostentación y brillo de jóvenes momentáneos, aspirantes a ingreso en antologías negociadas. Los arbitristas de las improvisadas 'conexiones' suelen ser, en considerable medida, los productores de lo que Vicente Lloréns ha llamado 'el persistente anacronismo de la cultira española'. Lloréns ha descrito muy bien ese fenómeno refiriéndose al primer tercio del siglo XIX. 'Ocurrió entonces -escribe- lo que había de ocurrir otras veces, no sólo en el aspecto literario, en la España moderna. Un largo y penoso esfuerzo para ponerse a tono con el espíritu del tiempo, y cuando el objetivo parecía logrado, ya tal espíritu había tomado una nueva dirección. De ahí la confusión, el tropel innovador y el persistente anacronismo de la cultura española, que vive en los tiempos modernos no sólo en una posición de inseguridad, sino moviéndose constantemente a contratiempo.'
El tropel innovador pronto descubre su naturaleza real de servum pecus, y deja ver bajo su momentánea espuma un fondo irreductible de tribalismo y mediocridad."
viernes, 22 de mayo de 2015
Breves apuntes sobre el concepto de origen en Valente
El
concepto de origen adopta en la obra de Valente varios aspectos, aunque podríamos
destacar, siguiendo lo expresando por David Conte Imbert, que “la figuración de
mayor alcance lo sueña como una palabra primordial, o matriz, que se situaría
en el vacío germinal de todo el abanico lingüístico”. En este mismo estudio,
sostiene Conte que la palabra poética de Valente “actúa como una fuerza innominada en la realidad misma de las
figuraciones lingüísticas”. Pero, por otro lado, “esta palabra es puro vacío
germinal que ha de ser circunscrito como tal: el lenguaje reconoce en este
vacío lo innominable que no llega a ser
siquiera palabra”. Se obtienen, en consecuencia, dos formas de acercarse a la
palabra de Valente. La primera es aquella que “piensa la realidad innominada de
una palabra primordial” y, así, “recurre a todo el legado de la mística y al topos de lo inefable o del lenguaje
insuficiente”[1].
Mientras “la segunda postura recurre, por el contrario, a una figuración de lo
originario que se desarrolla en torno al puro vacío germinal”. Es decir, “lo
que nos propone no es una relación entre palabra y silencio, sino la
transmutación de la opacidad lingüística en concreción material”[2].
También
es revelador sobre la problemática del origen en Valente el artículo de José
Manuel Cuesta Abad, titulado “La enajenación de la palabra”[3].
Para Cuesta Abad, “el lenguaje poético genera lo esencial y sintetiza con su
poderosa, paradójica multiformidad la tenaz dispersión de lo que llamamos Ser”.
Desde esta perspectiva, “la poesía de J. A. Valente representa, (…), una
interesante penetración en los contenidos enigmáticos de la palabra creativa,
un intento de sondear el fondo mítico del lenguaje poético que revela
progresivamente la persistencia de ciertas transformaciones que han destruido o
subvertido la simbología tradicional de la imaginación estética.” (Abad, 1995:
50-51).
[1] Conte Imbert, D.
(2007), José Ángel Valente y Martin
Heidegger, desde las divergencias entre poesía y filosofía, en Referentes europeos en la obra de Valente, Publicaciones
de la Cátedra José Ángel Valente de Poesía y Estética, IV, USC, Santiago de
Compostela, p. 99.
[2]
Íbid. p. 102
[3] José Manuel
Cuesta Abad, La enajenación por la
palabra (Reflexiones sobre el lenguaje poético en Valente), en El silencio y la escucha, edición Teresa
Hernández Fernández, Cátedra, Madrid, 1995, pp- 49-77.
miércoles, 13 de mayo de 2015
The Cloud of Unknowing
"Porque el silencio no es Dios ni la palabra es Dios (...). Dios está oculto entre ambos."
The Cloud of Unknowing, Anónimo
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