A
QUIEN YA NO ES JOVEN
Ya
puedes ver el trágico escenario
y
cada cosa en el lugar debido;
la
espada y la ceniza para Dido
y
la moneda para Belisario.
¿A
qué sigues buscando en el brumoso
bronce
de los hexámetros la guerra
si
están aquí los siete pies de tierra,
la
brusca sangre y el abierto foso?
Aquí
te acecha el insondable espejo
que
soñará y olvidará el reflejo
de
tus postrimerías y agonías.
Ya
te cerca lo último. Es la casa
donde
tu lenta y breve tarde pasa
y
la calle que ves todos los días.
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