martes, 19 de junio de 2012

Atención



"Si fuese posible distinguir entre lo que se debe escribir y lo que no,
estaríamos ante el oficio más sencillo del mundo." Ray Loriga,
en su libro "Sombrero y Mississippi", 2010, El Aleph Editores




martes, 12 de junio de 2012

Edward Hopper en El Cultural




Edward Hopper en la portada de El Cultural por la llegada de setenta de sus cuadros al Museo Thyssen de Madrid.
(A ver si hay suerte y luego, o la próxima vez, viajan a Málaga.)


Como hace algunas semanas escribía sobre Edward Hopper en Revista de Letras, me parece un buen momento para que enlazar ese artículo en el que aportaba mi visión sobre la pintura del genial pintor nacido el 22 de julio de 1882 en Nyack, EE.UU.

http://www.revistadeletras.net/edward-hopper-el-tiro-de-gracia-al-sueno-americano/




lunes, 11 de junio de 2012

Amapola




Amapola que quitas el pecado del mundo
y vuelas sobre la espuma de tu nombre
otórganos el quejido transparente,
mata a los cuervos que tiemblan en este atardecer dilatado,
útero habitado hasta la lágrima,
sangre marrón que se apelmaza,
que se oxida,
miel amarga en el seno del beso más profundo de los campos
repletos de cabezones delgados, de líneas preñadas de sueño,
mientras llueven átomos y moléculas que acarician nuestros esqueletos,
y danos la paz, Amapola, danos tiempo,
oscurece nuestra memoria, apaga los interruptores,
produce el cortocircuito perfecto de las neuronas,
criatura sin amor creada con las ramas más delicadas del sueño,
como las nubes,
como los astros,
te desangras por las heridas de tu rostro ovalado,
cuando en realidad es tu cabeza quien domina a la muerte.

No nos dejes caer en la tentación, en el martirio que embelesa,
hemos de ser como la serpiente subcutánea y arrastrarnos,
huir de la sombras de aquellos cuervos en los límites de la ascensión
porque nosotros, los afiebrados, succionamos la muerte
para reunirnos con todo lo amado.
Se reinicia el tiempo,
un rato, un día, varios años fijas las miradas,
los nervios se vacían de significado
más allá de los ojos, de los párpados entornados
y de las pupilas quemadas por la luz última.
Amapola, solitaria atalaya desposeída de amaneceres,
relámpago silencioso, tormenta cálida,
ten piedad de nosotros, pecadores,
danos tu bendición, danos la amarga vida de tus bastardos,
atiende nuestras súplicas, protégenos,
Amapola, reina del tiempo,
transforma en cenizas nuestros nombres
las huellas del mal han desaparecido de las memorias de los dioses.

Amapola nuestra que estás en los cielos
rodeada de diminutos planetas silenciosos
abre el cofre de la clarividencia,
palabra capaz de construir ciudades,
espejismos
hechos del légamo trashumante de los muertos,
santificado sea tu nombre
en este universo que sostiene tu paciencia,
en este instante aletargado
¿cómo nos llamamos los afiebrados?
aturdidos en pensamiento, palabra, obra y omisión,
por el repiqueteo de tus pétalos en las venas.
Hemos pecado, Amapola,
hemos preferido el infierno,
hemos torturado a nuestra consciencia
que arrinconada susurra inabarcables morfemas
en el útero de tu querencia,
la llaga infectada de placer que compone la realidad bajo tu peso.

Eres tú quien maltratas al escarnio, lo despellejas,
no hay nada que no consiga tu corona,
tú quien perdona nuestras ofensas,
permanentes fronteras de nosotros mismos,
deslindes contagiosos que atormentan como sombras que no casan.
Amapola, flor soberana, madre de la pausa,
desciendes del silencio de los campos
para ralentizar la circulación del aire, un aire más cálido, más suave,
un aire que se complace en recorrer
incansablemente el mismo camino en nuestros pulmones,
sumando instantes
que exigen presenciar cada vez más, que desean abandonarse,
vivir en y para tu prodigio.
Tu savia algodona los alveolos, luego dilata la pleura,
los nervios se vacían de significado y ya no podemos irnos,
lo que está afuera no existe,
no hay nada ahí,
ni aquí,
ni allí…
vasija del sosiego, tensión última de la calma,
niebla navegada,
ruega por nosotros, pecadores,
atiende estos ruegos: danos otro pulso,
otro corazón para tus súbditos,
inmensas nubes de humo con tu olor en nuestros sueños.
Hágase tu voluntad, Amapola,
lejos todavía está naciendo el universo,
eres la deriva del fracaso,
eres la aldaba de los instantes,
la música que empieza cuando todo termina.




(de mi poemario en continua mutación: "La Serpiente")


sábado, 9 de junio de 2012

Esferoidal, de César Dávila Andrade



Antes de llegar a ser y antes de llegar
a hogar alguno,
su alma, con un dedo sobre los labios,
y todo él en blanco,
como la noción del invierno
que desborda las capas de nieve.
Su larga espera de puente sin río, y
tan de sí mismo que,
de serle posible, naciera sin cuerpo,
de la unión solitaria de dos faltas.
Así,
él o yo, da lo mismo que Tú,
y todos escuchamos ese lirio mecánico
que respira debajo del navío.
Después de un banquete tan agudo,
todos los mármoles ruedan desenredándose,
y un millón de nosotros,
fumando juntos en el gran inconsciente subterráneo.
Porque absorbidos en la flor compuesta,
te comemos un poco, dios mío, y otro poco
te exhalamos hacia las Hecatombes.



El poeta César Dávila Andrade nació en Cuenca, Ecuador, el 2 de noviembre de 1919
y murió el 23 de abril de 1967 en Caracas, Venezuela.
En aquel día del libro, hace poco más de 50 años, se cortó la yugular.



martes, 5 de junio de 2012

Primer Premio Poesía en el I Certamen de Escritores Universitarios


Ya es oficial, tras unos cuantos días de desconcierto, mi poema "Hubiera sido mejor ser derrotado a tiempo" (que podéis leer en este blog, tres entradas antes) ha sido galardonado con el Primer Premio en la categoría de Poesía en el I Certamen de Escritores Universitarios organizado por la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Málaga.

Os dejo una foto del diploma:









El premio no es gran cosa, pero tampoco es moco de pavo: 60 euros en la librería Q Pro Quo. O lo que es lo mismo el poder comprarme alguno de esos libros que no me permitía comprar por escasez de recursos económicos, o para ser más preciso, porque esos eximios recursos eran destinados a la manutención familiar. Por ahora he pensado llevarme a casa los siguientes: Poesía Completa de Alejandra Pizarnik, editado por Lumen; Poesía Completa de Jorge Luis Borges, de la Editorial Destino; y Poesía Completa (1970-2000) de Leopoldo María Panero, publicado por Visor. Lo tengo bastante claro, estuve ayer curioseando, pero se aceptan sugerencias. 



Bueno, he pensado que qué demonios, por qué haceros buscar el poema un poco más abajo si puedo transcribirlo aquí mismo:




Hubiera sido mejor ser derrotado a tiempo

No, no ames, te acabará estrangulando la consciencia,
ese minúsculo estandarte abisal,
te robará la fuerza que atesoras;
no, no ames más, no ames nunca,

terminará por ahogarte,

finalizará con tus pulmones, asfixiándote,
no permitas que el melodioso pero falaz
canto de sus sirenas te embelese,
ejecuta el hieratismo, la sordera,

aprende de las momias, de los espejos, de los instantes.

No, jamás bebas de esa copa emponzoñada
nunca merece el amor que desnudes tu alma.
No, no ames nunca, aguanta,
di cien mil veces, di un millón de veces

¡no amo nada, no amo a nadie!

es como una letanía de seda, es el ensalmo predilecto.
Niega, niega siempre lo que es mentira,
pero sobre todo niega lo que es verdad,
niega la salvación, niega la luz, niega la vida,

niega el amor,

el hombre únicamente es infiel consigo mismo.
El amor no es lo que se dice,
el amor no es dádiva, el amor no es entrega.
No, no ames, no ames nunca, renuncia al amor,

finiquitará tu salud,

Estrujará tus tripas, maltratará a tu cerebro,
No, no pronuncies su nombre, se beberá tu sangre,
parasitará tus intestinos, absorberá tu voz,
no permitas que crezca su anhelo,

no, no te dejes llevar, resiste

o pisoteará tu rostro,
se comerá tus manos, subastará tu historia,
acabarás en prisión, amordazado.
No, no ames nunca, no ames más,

no ames a nadie.

Niégate el denuedo, niégate los besos.
El amor no es lo que se comenta,
el amor no es dulce, el amor no es bello.
No, jamás ames, no permitas su existencia,

no cedas, vence, triunfa,

aprende de las estatuas, de los mares, de los instantes.
Nunca desees, nunca comprendas,
no llames a sus puertas,
asesinará a tus ojos, te romperá los brazos,

olvidarás cómo llegaste, recordarás cómo perderte

y serás lo que imaginas cuando no sueñas.
Jamás ames, jamás ames a nadie,
no te restará nada, serás una mancha,
el amor cancelará el pasado,

el amor creará el presente,

el amor impondrá el futuro.
No hay resquicio,
no pronuncies su nombre,
en sus dominios no hay más que cadáveres,

muere, muere, renuncia al amor, entrégate a la muerte.





sábado, 2 de junio de 2012

Amapola, de Leopoldo María Panero



Oh, amapola que vuelas sobre la manada
Que incendias el rostro de la manada
Yo no me llamo Leopoldo
Y nadie corre más que yo
Dime amapola quién es
Ese nadie que corre más que yo
Oh, amapola cruel de la vida
Sueño de un moribundo a la orilla de la vida
La vida es una lágrima para flotar en la sombra
Un eterno retorno a la manada
Para que en mi puro brote al ala
Oh, amapola en silencio al pie de la mesnada.

El poema Amapola, de Leopoldo María Panero, aparece
en Epshera, libro publicado en 2008 por elángelcaído.
 ("Se permite la copia con fines no comerciales a letraheridos, poetas y curiosos de escasa fortuna")