viernes, 16 de diciembre de 2011

El aeropuerto de Kandahar



Sensual e irreal podrían ser dos palabras para definir la arquitectura de este aeropuerto construido en 1962 por EE.UU. y pagado mediante su Agencia para el Desarrollo Internacional (USAID). El gobierno estadounidense realizó semejante esfuerzo para que los aviones turbohélices de las grandes rutas comerciales pudieran repostar combustible entre Oriente Medio y el Sudeste asiático. Sin desconsiderar que, en caso de guerra contra la U.R.S.S., le serviría de base aérea a su ejército. Pero recién estrenado, los aviones a reacción comenzaron a usarse cada vez más ya que se consiguió por entonces aleaciones capaces de resistir las altas temperaturas a las que los gases de propulsión son expulsados, permitiendo de esta manera vuelos a mayor altitud y, por tanto, una mayor autonomía. Es decir, los aviones que se comenzaron a utilizar masivamente ya no necesitaban esas escalas y este aeropuerto se convirtió en un espejismo. Un aeropuerto de fantasía colgando en medio de la nada. Otra historia más que corrobora la inutilidad de toda obra frente al tiempo, simbolizada en esos extravagantes arcos blancos de su terminal entre toda la arena del desierto afgano.


En los años 80 volvió a renacer ya que fue imprescindible, militarmente, para los soviéticos que en la navidad de 1979 habían irrumpido con sus tanques y aviones en la capital de Afganistán, Kabul. Poco tardaron en tomar el control del aeropuerto de Kandahar y utilizarlo como base para sus cazabombarderos. Durante los años de la guerra (1979-1982) entre los soviéticos y los afganos (que fueron ayudados por los EE.UU., sobre todo desde que Ronald Reagan asumió el cargo de presidente en 1981) el aeropuerto de Kandahar no sufrió desperfectos graves salvo en la pista de aterrizaje, daños que fueron subsanados una década después por la ONU para favorecer la llegada de material humanitario.

Más tarde el aeropuerto de Kandahar regresó a manos estadounidenses, concretamente en 2001, pues, tras los atentados del 11-S, EE.UU. y Gran Bretaña comenzaron en suelo afgano una guerra contra los Talibanes que todavía hoy en día colea a pesar de que consiguieron derrocar al gobierno Talibán en pocos meses e imponer posteriormente la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF) para la estabilización de Kabul y del resto del país.

En este contexto, en 2007 el aeropuerto finalizó un largo y accidentado proceso de reconstrucción que actualmente (y sin cesar de ser base para las tropas de la ISAF) le permite ofrecer vuelos civiles hacia Habul, Dubai y Herat.




1 comentario:

  1. Siempre me han fascinado los nombres de las ciudades afganas. Y Kandahar, antaño uno de los fuedos talibán, tiene magia en el nombre. Tristemente todo Afganistán es una tierra condenada por el destino. Un destino que hará no años, sino siglos, quizá, para cambiar, pues el atraso es tal que harán falta generaciones para cambiar la situación. Eso si no vuelve, de nuevo, a manos de los talibán que, por otro lado, son gente afgana. Que contradicción...no poder dejar su país en manos de quienes más derecho tienen a él. Sin embargo....

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